Decido dejar de correr
Desde
el 2010, cuando acabé Tokyo con muy malas sensaciones por una lesión que tuve
en Nassos del mismo año, había abandonado la práctica activa de la carrera a
pie. Las obligaciones familiares y laborales también hacen que ya no pueda
centrarme en ello y decido darme un respiro.
Cuando
a principios de 2013 empiezo a entrenar de nuevo, el médico me diagnostica una
fascítis plantar, que en realidad se ha calcificado y no puedo casí ni apoyar
el talón en el suelo por las mañanas.
Parecía
que tampoco iba a ser el año del maratón y además he perdido la ilusión de ir a
muchas pruebas, masificadas y que suponen un desembolso que considero
injustificado.
En febrero
cambio de Europolis Sardenya a Les Corts
y hasta septiembre de 2013 me centro en hacer spinning y bicicleta para
recuperar la resistencia, rebajar peso y tener una disciplina de trabajo
“físico” y encontrar la motivación.
Aprendo
– o lo intento – a correr apoyando la parte media del pie y sus puntas usando
zapatillas con poco tacón y, en algún caso casi inexistente, las primeras salidas cortas en la carretera
de las aguas son un suplicio, molestias, dolores, hay días que estoy después de
correr tres días cojeando.
Parón
veraniego, pero me llevo la bici y hago casi 700 km en un mes. Vuelvo a
intentar correr consiguiendo hacer 5 kilómetros a 4:45. Estamos en Septiembre.
El entrenamiento
En
Europolis Les Corts entreno junto con Marc Antonio (compañero de Correcatagafo)
y Oscar Serrano (dos veces Ironman y un experto en motivarte para entrenar).
Aunque hasta diciembre no entrenamos juntos la carrera hacemos preparación en
la sala, clases de cross-fit y sobre todo mucho spinning.
Desde
Octubre hasta ayer, han sido 110 entrenos al aire libre que suman unas 85 horas
y unos 1100 kilómetros, muchos menos que los que hice para BCN 2009, siguiendo
un tipo de entreno en la recta final que no había hecho (series) y que he
podido realizar por la motivación que da hacerlo en compañía (Gracias Mar,
Oscar ,Carlos y a vuestro entrenador Juan Carles).
También
han caído 3.900 km de bici, más de 160 horas con tiradas de hasta 180 km que
han hecho que mis músculos digan antes basta antes que mi cabeza y mi corazón.
En días como el de la maratón las 5, 6 o 7 horas encima de la bici han aportado
un plus de resistencia que hace falta en días así.
Para no
aburrir con detalles personales, solo he competido en Mataró con un resultado
aceptable y he evitado hacerlo, lo cual es una decisión personal arriesgada
porque no te permite saber tu ritmo “real” de competición.
La maratón
Cuando
hable con Pedro sobre mi objetivo le dije que me estaba intentando preparar
para estar entre 3:05 y 3:10. Y se lo dije en serio, porque creía que podría
ser asequible. Lamentablemente una bronquitis y un problema de lumbares me
hicieron plantearme intentar ser más conservador porque no veía ese tiempo en
mis piernas.
No
quiero hablar de la organización de la maratón, más allá de la logística de
carrera porque es una cosa que da para otras secciones u otras entradas y
tampoco quiero hacer una crónica típica, porque mi carrera se resume así:
La salida
Me
encontré con la gente que aprecio y con la he compartido entrenos y
competiciones, también con mis nuevos compañeros de entreno actuales.
No note
la presión de las otras maratones, ni ningún tipo de nervios.
Salimos
agrupados en función de nuestros objetivos iniciales David, Pere, Jordi,
Francesc y yo, y entre bromas y comentarios “sobre todo lo mal que sabe mentir
David sobre el ritmo” llegamos al kilometro 30 habiendo pasado el 10 en menos
de 45 y la media en menos de 1:34:00.
La cosa marcha.
Evidentemente
lo peor llega en ese momento y mis molestias ya son alarmas y calambres, pero
esta vez estaba decidido a arriesgar y sufrir desde el principio , y me planteo
seguir al mismo ritmo.
Me
duelen mucho los pies y la tacañería de la organización con la isotónica hace
que incluso tenga que coger una botella del suelo, realmente con ese calor el
agua y los geles no bastan y en algún avituallamiento ya nos lo dicen, mientas
nos dan un vaso de papel con un dedo de líquido (bonito detalle).
El sufrimiento
En el
kilometro 33 a 35 se oye el silencio más absoluto y se ven caras desencajadas,
parece ser que nos escondamos de alguien,
es algo que se contagia y debo concentrarme para no bajar el ritmo – Gracias
Xavi, por tu Garmin que me ayuda a ello –
Se que
la maratón es esquiva y miserable a veces y por eso requiere pasar ante ella
agazapado, respetándola, pero sin temerla, la maratón huele el miedo y asusta a
aquellos que se muestran dubitativos. Nunca hay que dar la cara ante la
maratón, hay que sortearla, protegerse de sus tentaciones. En los kilómetros
finales un exceso de euforia puede alertar de tu falta de respeto y puedes
pagarlo caro. Ni los atletas profesionales se libran de su maldad.
Al pasar
el Arc de Triomf nuevo subidón, la gente se ha volcado y realmente la animación
durante toda la carrera es sensacional. Bajando hacia Portal del Angel ya solo
pienso en un avituallamiento más y en tres kilómetros de sufrimiento que
intentaré hacerlos lo más rápido posible, quiero ver a Miffa y a mi hijo y
hacer la última parte juntos. Aprieto el ritmo enrabietado por esa idea y casi
contacto con Pere, pero las piernas ya no están para nada y decido calmarme,
porque un calambre puede acabar mal, el 3:05 largo fue posible unos instantes
pero he venido aquí a cumplir el sueño de correr con mi hijo la que quizás sea
mi última maratón de BCN.
La llegada.
Al
subir por Paral·l hay gente que se para, las piernas queman, la subida final –
ligera – llega con mucho cansancio y yo he dado casi todo lo que tengo. El que
se esfuerza no está obligado a más, pero yo sí, quedan 300 metros para que
desde la distancia vea a mi hijo con Miffa y hago la curva por el exterior.
Antes
he pensado si era buena idea, si la seguridad le dejará, si tropezamos, si sale
mal y se lleva una decepción.
Pero
sale bien, tengo que pensar en moderar el ritmo, más porque ya soy un robot,
que por el ansía de la meta. Mi hijo aguanta los aproximadamente 200 metros sin
problemas y hasta antes de la alfombra paramos para poder decirle que lo hemos
hecho.
El Club: CorreCATagafo
Hay
clubs con más gente, clubs con mejores corredores en lo que a resultados se
refiere, con más medios, equipaciones más bonitas o menos, pero los 13 que
participamos ayer en la maratón disfrutamos en grande ayudándonos, animándonos,
jaleándonos, compartiendo momentos de carrera y eso es muy grande.
Tanto o
más aquellos compañeros del club que por motivos diferentes vinieron a ayudar,
a animar, a correr con nosotros esta maratón del infierno en la que mucha gente
se retiró. Gracias Enric y Pedro, y aquellos que no vi al principio, durante o
al final.
Y por
supuesto a sus familias y amigos que hicieron lo mismo.
Una
gran parte de nuestro pequeño triunfo personal – acabar la maratón – es vuestro.
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